
Es difícil
triunfar en esta vida
pues prima
poco
el buen hacer con
calidad
y se valora
el amiguismo y
el enchufe
como si
fueran
virtudes de verdad.
Triunfar, Anónimo.
Triunfar, Anónimo.
Ya sé que lo sabemos. Que lo sabemos pero que no lo sabemos. Por eso, quiero recordarlo: el éxito no se mide en status, posesiones o reconocimiento, sino en esfuerzo, valentía y corazón. Sí, sí, ya sé que lo sabemos, pero si te digo que pienses en una persona de éxito, ¿en qué piensas? ¿En una persona sonriente y de ojos brillantes rodeada de amigos o en alguien de traje, corbata, cochazo y "buena" reputación? Que sí, que sí, que ya sé que lo sabemos, pero ¿cuánto de tu tiempo y dinero inviertes en ropa, coche, tecnología… y cuánto en mejorar como persona? Lo sabemos, pero no lo sabemos.
Así somos, capaces de llorar y gritar de emoción cuando vemos a nuestro ídolo meter un gol al máximo rival e incapaces de dar las gracias a una madre o un amigo que nos ama con devoción. Somos capaces de entregar muchas horas de nuestro tiempo a programas basura de marujas y pocos minutos a aquel colega con el que tantos buenos momentos disfrutamos ¿Y si estamos aplaudiendo a las personas equivocadas? ¿Y si estamos dando las mejores ovaciones a quienes no merecen tanto y guardamos silencio con las más bellas personas?
Quizás lo mejor sea apagar la TV, pasar de ese juego absurdo, marcarnos cotas más altas y empezar a medirnos en términos humanísticos en lugar de hacerlo en términos mercantiles. El siguiente reto que debe marcarse la humanidad debe ir encaminado a un mayor desarrollo de las capacidades personales, creativas y a una mayor contribución a la sociedad.
La gente que triunfa sabe que ‘llegar lejos’ no es ser famoso, adinerado, o quedar el primero, sino ser por la noche mejor de lo que eras por la mañana. Sabe que no necesita el reconocimiento para saber qué es lo correcto y que vale más la pena una noble acción silenciosa que una vulgar aplaudida.
Disfrutemos de los resultados de nuestro equipo, perdamos la voz con nuestro cantante favorito, celebremos los logros de quien lo merece, pero no olvidemos nunca lo que de verdad importa y lo que realmente tiene valor, porque quizás tengamos a un triunfador a nuestro lado y no le estamos dando el abrazo que merece por estar mirando al lugar equivocado.
Un texto precioso!! INCREIBLE
ResponderEliminar¡Gracias!
Eliminartenemos que aplaudir a las personas que realmente se lo merecen
ResponderEliminarExacto.
EliminarExactamente, abramos los ojos ya
ResponderEliminarEso es.
EliminarTotalmente de acuerdo
ResponderEliminarGracias...
Eliminar