Aprende a olvidar
todo lo que pasó,
aprende a recordar
todo lo que pasó,
aprende a recordar
lo que conmovió tu corazón,
sonríele a la vida, cántale a tus días,
que con felices recuerdos,
que con felices recuerdos,
te asombraras todos los días tu vida.
La vida pasa muy rápido,
Yeraldin Leilani Torres.
Yeraldin Leilani Torres.
¡Buenas! Hoy quiero que os hagáis una pregunta: ¿De qué te arrepentirías antes de morir?
- Ojalá hubiera tenido las agallas de ser fiel a lo que quería y no a lo que otros esperaban de mí.
- Ojalá no hubiera trabajado tanto.
- Ojalá hubiera sido capaz de expresar mis sentimientos.
- Ojalá hubiera mantenido contacto con mis amigos.
- Ojalá me hubiera permitido ser más feliz.
Estas son una de las respuestas más usuales que Bonnie Ware, una enfermera australiana que trabajó muchos años con enfermos terminales, recogió a lo largo de su vida.
No estoy diciendo que tener sueños, metas u objetivos esté mal, al contrario. Pero, ¿recuerdas cuando tenías ocho años? Nada te preocupaba. Ya no tenías planes de futuro porque lo único que te importaba era si podrías salir a jugar con aquel amigo o si tendrías de cenar tu plato favorito.
Y así tendría que ser: Sin planes, sin futuros lejanos, sin miedos ni formalidades y pensando que todavía tienes mucho que hacer y nada que perder.
Está genial tener sueños, metas, objetivos, planes de futuro; pero nunca te olvides del ahora. Que esas cosas no te quiten el poder vivir el presente. Porque después te arrepentirás de todo aquello que no has intentado.
Hay una canción que dice: Un día seremos viejos y nos acordaremos de las historias que podríamos haber contado. Así que mejor ahora, nos olvidamos de hacernos viejos y de contar historias y las vivimos en primera persona, que la vida no espera.
Y es que la vida pasa muy rápido, demasiado rápido. A veces queremos hacer trabajar al tiempo en función de nuestros objetivos. Nos ponemos mil metas y sin darnos cuenta, solo vivimos para que estas se acaben cumpliendo. Y al final, todos entraremos en la espiral de la vida en la que todo el mundo se acaba metiendo: Estudiar una carrera que tenga futuro, tener una pareja estable, formar una familia, vivir tu vida trabajando para que a los que quieres no les falte nada y esperar tu jubilación para vivir lo que te queda tranquilo y sin ninguna preocupación.
No estoy diciendo que tener sueños, metas u objetivos esté mal, al contrario. Pero, ¿recuerdas cuando tenías ocho años? Nada te preocupaba. Ya no tenías planes de futuro porque lo único que te importaba era si podrías salir a jugar con aquel amigo o si tendrías de cenar tu plato favorito.
Está genial tener sueños, metas, objetivos, planes de futuro; pero nunca te olvides del ahora. Que esas cosas no te quiten el poder vivir el presente. Porque después te arrepentirás de todo aquello que no has intentado.
Hay una canción que dice: Un día seremos viejos y nos acordaremos de las historias que podríamos haber contado. Así que mejor ahora, nos olvidamos de hacernos viejos y de contar historias y las vivimos en primera persona, que la vida no espera.

Esta entrada me ha conmovido y me ha echo reflexionar...gracias por tu entrada
ResponderEliminarNo sabes cuánto me alegra que te haya producido eso. ¡Gracias a ti por leerme!
EliminarMe ha inspirado mucho y me parece que tienes toda la razón
ResponderEliminar¡¡Muchísimas gracias!!
EliminarMe parece muy interesante lo que escribes en esta entrada por que muchas veces pensamos que dejaremos de hacer en unos años y no disfrutamos del día a día
ResponderEliminarUn beso !!!
Exactamente, bien lo sabes... ¡Gracias!
EliminarCada segundo es oro,
ResponderEliminarY... al final de TUS tiempos,
debes recordar tu vida
como la aventura
que siempre quisiste haber vivido.
Ese sentimiento de placer,
Eliminarde felicidad,
de sentirse como un pájaro,
volando en sueños de regocijo.
Cuanta razón ! Comparto tus ideas
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
EliminarOne day, baby, we'll be old and think about the stories that we could have told! Me encanta
ResponderEliminar"One day", esa misma. ¡Mil gracias!
EliminarLa vida pasa muy rápido y te lo dice alguien que tiene 47 años. Hay que intentar no hacer daño a nadie y no frustrarse porque no se cumplan las expectativas porque lo normal, es que alguna se nos escape. Debemos pensar que nada es permanente. Todo cambia. Espero que a mejor. Muy buen blog, Adriana.
ResponderEliminarMuy bien escrito, Adriana.
EliminarTienes toda la razón. Todavía tienes mucho que hacer y nada que perder. ¡Muchísimas gracias!
EliminarIncreíble
ResponderEliminarGracias.
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